martes, 7 de febrero de 2012

Vetusta Morla, La Riviera, Madrid, 17/12/2011

Siempre tardo varios días en colgar los comentarios de los conciertos, pero esta vez, casi he tardado dos meses.  No podía.

   Asistimos al 5º y último concierto de Vetusta Morla en La Riviera con el cartel de lleno. Tres días seguidos en el puente de diciembre los días 8, 9 y 10 y dos días el fin de semana siguiente los días 16 y 17 de diciembre. La Riviera tiene capacidad para 2.500 personas, lo que hace un aforo total de 12.500. Para hacernos una idea de el público que convoca Vetusta Morla, el palacio de deportes tiene capacidad para 14.000 personas. Pocos grupos de pop o rock de este país pueden hacer esto y quizás independiente ninguno.

Fuimos al concierto con pocas ganas, pero con la convicción de que a Raquel la habría gustado que fuéramos, como hemos ido juntos a tantos y tantos conciertos.
   Unos días antes del concierto, Raquel entró en coma y el concierto se convirtió en un cúmulo de emociones, recuerdos, sensaciones... Cada canción de Vetusta Morla me hacía llorar, rabiar, reir, pensar, recordar...
   Recordar todos los conciertos a los que hemos ido, grandes festivales o pequeñas salas, con mucha gente o los dos solos. Los viajes a Amsterdam, Bruselas, Cuba. Las casas rurales de Louro, Gredos, Guadix, Irati, Caños de Meca. Las cenas de Nochevieja, de Navidad, las meriendas, las comidas en restaurantes y en casas. Las noches de copas en Chueca, en Malasaña. Las cañitas de Lavapiés, de los domingos en La Latina. Los rodajes y los estrenos de sus cortos. Las filosofadas al humo de un peta. Las risas. Las discusiones existenciales, políticas, religiosas. Los problemas en los trabajos. Los novios, los ligues. Los disfraces y la peluca rubia. Otra vez las risas. Los días cuidando a Elena que comíamos juntos. Las casas de Madrid de la calle Silva, Salitre, El Oso, Hortaleza y en Antiguo Hierro, con terracita, antes de volver a Cuéllar. Las mudanzas. Las llamadas de teléfono, los mensajes, los correos, tantos y  tantos correos. Los toros de Cuéllar. La renfe. La zona y el echegaray. La bodas de los amigos y el vestido de japonesa. Las fotos. Las fotos. Las fotos...
   Pero sobre todo tu presencia, tu compañía, que tanto echo de menos ahora que no estás.

   El día 10 de enero de 2012 a las 11 de la noche Raquel echó a volar. Echó a volar en su casa de Cuéllar, ese Cuéllar que tanto amaba, rodeada de su familia.
   Raque, espero que vueles alto, muy alto...y que desde las alturas nos veas y nos tires besos, esos besos que no te cansabas de repetir que son gratis. Porque siempre formarás parte de nosotros.

Ah¡¡ Vetusta Morla muy bien, gracias. Aunque fué lo menos importante.

Gracias a Manuel Colmenero de Sonobox por las invitaciones y por la producción tan fantástica de los dos primeros discos de Vetusta Morla.
http://www.sonobox.es/
http://www.vetustamorla.com/


Nos vemos en directo
Rojo